3.5.11

Elecciones

Esta semana me estoy peleando con mi derecho al voto. A pesar de haberme mudado el año pasado, de haber cambiado mi empadronamiento, y de haber actualizado incluso mi DNI, las instituciones en general parecen no haberse enterado.
Primero Hacienda, cosa que no me importa, porque me beneficia. Allá ellos.
Ahora el censo electoral. Quiero pedir el voto por correo, pero no sé bien dónde estoy censada. Sospecho que en mi anterior domicilio, puesto que no he recibido la papeleta del censo en el nuevo, pero no lo sé con certeza. Y jolín, lo puedo consultar por internet, pero hay que andar certificándose con el DNI electrónico. Mira que me adapto bien a la tecnología, pero sigue habiendo veces que corre más deprisa que yo... será que también me estoy haciendo vieja.
A ver si hoy resuelvo la consulta al censo y puedo presentar mañana la solicitud de voto por correo. Por correo, sí, porque ya es casualidad que justo sea ese fin de semana el que nos vamos a Londres. Y siempre emito mi voto: todos deberíamos hacerlo, si no por convicción, al menos por respeto a aquellos (y aquellas, que esa fue otra guerra más) que lucharon (e incluso murieron) por el derecho a votar. Que sirva o no para algo ya sería otro tema, de larga discusión.