3.4.06

Suerte III

Cuando cumplí 16 años, Guille me regaló por ese cumpleaños una bonita pulsera de plata. Muy bonita y muy original, me encantaba. Esa pulsera llegué a perderla en 2 ocasiones, recuperándola milagrosamente después. La perdí una tercera vez, y en esa ocasión ya no la volví a ver: fue tentar demasiado a la probabilidad. Pero fue sorprendente darla dos veces por perdida, y recuperara de nuevo... Algo parecido me pasaba con un anillo de ámbar, que a día de hoy por suerte aún conservo: debe tener algún tipo de vínculo especial conmigo, que siempre que me lo he dejado en algún sitio, o he creído perderlo, ha vuelto providencialmente a mi poder.
Entre los 10 y los 18 años empecé a darme cuenta de varias cosas, unas más y otras menos trascendentales en mi vida: dejé de rezar un día en el que, de repente, me dije con absoluta convicción que para qué hablaba o pedía cosas a la nada. Empecé a ser infeliz. Y mi suerte empezó a equilibrarse y a tomar la forma que tiene en la actualidad: me pasan cosas que tienen poca probabilidad de pasar, pero esas cosas pueden ser tanto buenas, como malas.

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Me deseo buena suerte
no volver a verte
y que me vaya bien.

Adios mi corazón,
y que te den,que te den por ahi,
que no me supiste dar
ni un poquito lo que te di a ti.

________(Que te den - Amparanoia)__________

2 Comentarios:

Blogger Jorge said...

Qué tres entradas llevas sobre la suerte. Cada una es aún mejor que la anterior!

04 abril, 2006 01:03  
Blogger nuriazero said...

Es que eres mi muso particular: consigues pinchar siempre en el punto adecuado y sacas lo mejor - y lo peor - de mí.
Si no fuera por ti no habría seguido con el tema, y si no fuera por tus mensajes no estaría tan motivada para seguir

04 abril, 2006 11:28  

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