Esta noche he soñado mucho, aunque ahora no recuerdo bien qué.
La fiesta de cumpleaños fue fantástica, firmo por otros 30 años de celebración por el estilo.
El año sigue marchando bien. Siempre podría marchar mejor, pero también mucho peor. Sólo espero que algunas posibilidades se materialicen en realidades.
Me han subido la hipoteca (aunque esta afirmación es una obviedad, en los tiempos en los que vivimos).
Estoy yendo al dentista, lo cual es bueno para mis muelas, y malo para mi bolsillo.
De la operación de extirpación vesicular no hay novedades, sigo con mi dieta exenta de grasas, con algunos dolores puntuales, y superando la mieditis. ¿Cuándo me tocará el boleto?
Últimamente voy poco a mis clases de euskera, estoy cansada y tengo pereza (que tampoco es mucha novedad en mi vida).
Leo está rebelde, creo que está dejando la adolescencia, y que intenta retarme. Pero tiene difícil ganar a mi mala hostia.
Este año, bisiesto, es año de elecciones, y quizás por eso va acompañado de algunas promesas. Espero que no sea tan demagógico como los políticos, y cumpla lo que promete.
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Ten cuidado ya debes saber
que hay noches que muerdo,
si la luna se pone a cantar
en lo alto del cielo.
Siento el tiempo arañando mi piel
si la locura me da de comer
cucharadas del tarro de miel
donde guardo tus besos.
Me invento que robo un trozo de tu voz
para que me cuente tus sueños,
y de reojo te vuelvo a soñar
evitándome un mal despertar.
____(Tarro de miel - Memoria de pez)____